COMIENZOS DE LA ÉPOCA MILITAR:
La
dictadura cívico-militar que gobernó en Argentina entre 1976 y 1983, luego del
golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que derrocó al gobierno Constitucional
de la presidenta María Estela Martínez de Perón, estaba encabezada por una junta
militar integrada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas: Jorge Rafael
Videla (Ejército), Emilio Eduardo Massera (Armada) y Orlando Ramón Agosti
(Fuerza Aérea).
Durante
esta dictadura, también conocida como "Proceso de Reorganización
Nacional" se secuestró, torturó y ejecutó clandestinamente a miles de
personas, solo por sospechas de ser guerrilleros o activistas civiles, aunque
no tuviesen relación con organizaciones armadas. Se establecieron centros
clandestinos de detención para llevar a cabo estas tareas. Las personas detenidas
en aquel tiempo son conocidas como «los desaparecidos» ya que gran cantidad de
ellos fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes o arrojados al mar desde
aviones militares.
SER PARTICIPE DEL SISTEMA EDUCATIVO DURANTE LA
DICTADURA MILITAR
-Ser docente, durante este período, significó sujetarse a sus imposiciones o ser considerado
subversivo y, como tal, pasar a engrosar la lista negra de desaparecidos.
-Ser alumno significó perder la entidad de
“estudiantes” para convertirse en un recipiente receptor de los conocimientos
emanados del docente al servicio de los objetivos del poder.
SUBVERSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO:
El 24 de marzo de 1978 comienza en el país una dictadura de
más de siete años que se cobró la vida de 30.000 personas y desmanteló el
aparato productivo del país. En 1978, al mando del coronel Agustín C.
Valladares se llevó a cabo la “operación claridad”, como se denominó al
espionaje e investigación de funcionarios y personalidades vinculadas con la
cultura y la educación.
Todas las dependencias del Ministerio de Cultura y Educación fueron ocupadas por miembros de las Fuerzas Armadas que trataban de diciplinar al sistema educativo, y erradicar de él los elementos “subersivos”.
Así, el Ministerio de Educación publicó un panfleto denominado “Subversión en el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo”, que tenía por objetivo “erradicar la subversión del ámbito educativo y promover la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad de ser argentino. Por resolución N° 538 del 27 de octubre de 1977, el folleto debía ser distribuido en todos los establecimientos educativos del país, entre personal docente, administrativos y alumnos, en caso de considerárselo adecuado. La desaparición forzada de personas fue muy extendida entre docentes, investigadores y estudiantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario